jueves, febrero 05, 2015

Doigts


Tus dedos entrelazándose en un cuerpo extraño, es una imagen tan repetitiva como distante. 
Inolvidable, morbosa, sutil.
Un cuerpo extraño.
No, no es el mio.
Lo se, lo se porque conozco con un detalle infinito e irrelevante cada defecto y detalle del propio, tras un juicio irreverente contra el cristal.

Tus dedos entrelazados en un cuerpo extraño, distinto. Definitivamente no era el mio.
Tras juicios macabros frente a un espejo turbulento he llegado a la cruel conclusión de que conozco los más mínimos detalles de un cuerpo imperfecto, defectuoso, errático. 

Lo mismo, repito una y otra vez, el mismo concepto abstracto que inunda mi mente, mi espíritu, mi todo.

Distintas palabras no son capaces de describir una realidad tan cruda como irreal.
Lejana de un pensamiento ilusorio.

Podría saborear cada desilusión como si fuera la ultima, como si fuera la primera. 
Saborear con tal lentitud como euforia.
Enriquecerme de dolor.
Saturarme de complejos.
Esquivar caricias pasajeras.
Adorar momentos oportunos.
Odiarte.
Odiarme.
Odiarnos.

La locura momentánea me otorga poder.
Un poder que jamás desee.
Que nunca quise.
Uno que siempre estuvo y nunca aprecié. 


Siempre trata de lo mismo.
Siempre será así.
No soy ni seré capaz de argumentar un buen final.
Y será que odio tanto los finales como el infinito.
Y me dices a suspiros que sientes lo mismo.
Que crees lo mismo.
Pero no es igual.
Caminos ambiguos me llevan a un final dominante, un final único.

Trato de soñar en vida, y vivir en sueños.
Y no me cansaré de repetirlo, una y otra vez.
vivo en sueños, tanto como vivo soñando.

No espero un porvenir, por que se que es inexistente en plenitud espacial. 
Se que la ilusión en un futuro prometedor es innecesaria, por el simple hecho de que simplemente no ocurrirá.
Solo se que el fin se acerca.
No lo quiero, pero lo anhelo.
Si, a la vez, sin desear lo espero con ansias.

No lo entenderías, porque simplemente no quieres escuchar.

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